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martes, 18 de septiembre de 2012

Mirada perdida


Mirada perdida.
Pensamientos fijados en la fantasía.
Emociones enormes.
El sol impregnando su piel.
Sonidos externos insonoros.
Todo se centra en su fantasía
llena de negatividad
y deseos inalcanzables.
La hablan. No despierta.
Siempre está en su mundo
lleno de miedos, dudas y deseos.
Cuando camina
es como murciélago en el día.

El objetivo


Mirada vacía buscando llenarla de recuerdos que su mente le hace pensar, que van a ser igual de placenteros.
Fija su mente, quiere vivir del recuerdo, mas cuando se entrega a su pasado obtiene valores, criterios y emociones diferentes a los que estipulaban su vida.
Cae en un hoyo lleno de diablos, conciencias llenas de voces con diferentes opiniones.
Ella, confundida en su gran oscuridad, se levanta para encender la luz, cuando llega a verla, tiene cargada en la espalda un gran saco lleno de piedras y la va subiendo a una gran montaña.
Ella está pendiente de su saco para que no se caiga ninguna piedra.
Cuando llega a lo alto de la montaña, tras un largo camino y confianza con su saco, ha llegado a lo alto, ha visto el sol.
En lo alto se da cuenta de lo bonito que era llegar hasta arriba y conseguir sus objetivos.
De pronto le entra hambre y mira en el saco. Sólo tenía piedras, dándose cuenta de que en ningún momento pensó en por qué cargó un saco entero de piedras, pudiendo haber cargado otras cosas que le hicieran falta.
Se da cuenta que se había dejado y estaba a punto de cargar más sacos, y subir más montañas, sin darse cuenta de lo que tiene alrededor, sólo pensando en los problemas y no saber cómo descargarlos. Una manera de desahogarse.
Para ella tener objetivos, llegar a un sitio, hacer las cosas aunque no puedas, pero llegar a la meta, como subir a lo alto de la montaña, era una meta.

La vida en blanco y negro


Miro el arco iris
y siento envidia de no ser de color,
ser toda mi vida en blanco y negro.
Miro un atardecer en otoño,
 me tranquiliza,
pero no me lo puedo llevar.
Veo la felicidad.
Siento añoranza.
Veo ilusiones.
Siento rabia de no rozar esa ilusión.

Sin lágrimas


Quiero que en mis ojos lluevan gotas de dolor,
necesito deshacerme de una gran carga.
Es imposible que haya una tormenta,
ya que mi cielo se resiste a ella.
No quiere volver a llover,
ya ha llovido mucho en mi cielo.
Estoy aguantando esta tormenta.
Las nubes están negras.
De vez en cuando se oye tronar,
escapa algún rayo, aunque no llueva.
El día que el agua caiga formará un gran tsunami.
No se puede aguantar tantos llantos de dolor.

Viaje


Escuchando susurros,
oyendo la vida de los demás,
escuchando mis múltiples pensamientos,
notando el traqueteo del tren,
soportando los gritos que no te dejan descansar,
no puedes concentrarte en leer tu libro preferido o simplemente tu libro de viaje.
Quieres llegar a tu destino
pero a esto le cuesta una eternidad.
Estás sola sin poder hablar con nadie.
Se te ha olvidado el libro,
la sopa de letras y algún juego.
Sólo Tengo un papel
para reflejar mi rabia y mi impotencia,
por lo poco que puedo hacer.
Veo a la gente entretenida
y yo tan aburrida,
no me conformo ni con ver el paisaje.
¿Cuándo podré disfrutar sólo con ver un árbol lleno de flores? Momentos de la vida que me desmotivaron y vaciaron.
No dudo que lo haya pasado mal,
lo cambiaría todo por poder disfrutar de un bonito paisaje,
que las cosas me llenen y saber estar.
Espero que poco a poco la vida me llene.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La rueda de la vida


Un día es todo maravilloso,
otro lo ves nublado,
otro lo ves negro
y al día siguiente te ves encerrada en un túnel.
Un túnel negro,
lleno de grietas,
un túnel sin salida,
un túnel sin reformar.
Voy caminando por él,
las paredes se estrechan.
Crece la hierba en el suelo sin florecer.
Camino y pasan los días.
¡Veo una luz!,
¡florecen la plantas!,
¡es un día nuevo!
¡encuentro la salida!
Otra vez la rueda de la autoestima