Mirada vacía
buscando llenarla de recuerdos que su mente le hace pensar, que van a ser igual
de placenteros.
Fija su mente,
quiere vivir del recuerdo, mas cuando se entrega a su pasado obtiene valores,
criterios y emociones diferentes a los que estipulaban su vida.
Cae en un hoyo
lleno de diablos, conciencias llenas de voces con diferentes opiniones.
Ella, confundida en
su gran oscuridad, se levanta para encender la luz, cuando llega a verla, tiene
cargada en la espalda un gran saco lleno de piedras y la va subiendo a una gran
montaña.
Ella está pendiente
de su saco para que no se caiga ninguna piedra.
Cuando llega a lo
alto de la montaña, tras un largo camino y confianza con su saco, ha llegado a
lo alto, ha visto el sol.
En lo alto se da
cuenta de lo bonito que era llegar hasta arriba y conseguir sus objetivos.
De pronto le entra
hambre y mira en el saco. Sólo tenía piedras, dándose cuenta de que en ningún
momento pensó en por qué cargó un saco entero de piedras, pudiendo haber cargado
otras cosas que le hicieran falta.
Se da cuenta que se
había dejado y estaba a punto de cargar más sacos, y subir más montañas, sin
darse cuenta de lo que tiene alrededor, sólo pensando en los problemas y no
saber cómo descargarlos. Una manera de desahogarse.
Para ella tener
objetivos, llegar a un sitio, hacer las cosas aunque no puedas, pero llegar a
la meta, como subir a lo alto de la montaña, era una meta.